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Una escuelita con otro rostro

Desde que arreglaron la escuela está más linda. Todos los maestros son buenos y enseñan mucho. Ahora estamos más contentos porque en los baños podemos descargar la taza y lavarnos las manos». Así nos dijo Siady Rivera López, alumna de quinto grado, casi al terminar la visita al centro escolar Sergio y Luis Saíz Montes […]

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Desde que arreglaron la escuela está más linda. Todos los maestros son buenos y enseñan mucho. Ahora estamos más contentos porque en los baños podemos descargar la taza y lavarnos las manos».

Así nos dijo Siady Rivera López, alumna de quinto grado, casi al terminar la visita al centro escolar Sergio y Luis Saíz Montes de Oca, ubicado en la calle Máximo Gómez, de la ciudad de Pinar del Río.

Después de curso y medio, más o menos, en reconstrucción esta escuela abrió sus puertas el pasado dos de septiembre y los niños y maestros, luego de estar reubicados en el seminternado Pablo de la Torriente Brau durante ese tiempo, reciben la apertura con buen ánimo y disposición.

Por eso Mariam, Elisa, Alfonso y los demás niños de quinto grado hablan bien de su centro y en sus rostros y en el de los demás alumnos, que recibían clases en la sesión de la tarde del día de la visita de Guerrillero, observamos alegría y satisfacción.

ENTRE EL DEPORTE Y LA DIRECCION

Inés María Noris Gutiérrez es profesora de Educación Física y este curso asumió la dirección del centro, que cuenta con un colectivo de 22 docentes –cobertura laboral completa– de ellos 13 licenciados y ocho másteres.

«Es un claustro de gran experiencia y muy consagrado al trabajo. Además tenemos jóvenes como las maestras de los grados prescolar, sexto y la jefa de ciclo».

La matrícula es de 151 estudiantes, distribuidos en nueve grupos de todos los grados, que reciben sus clases en las cinco aulas que tiene el inmueble, unos en la mañana y otros en la tarde.

En la sesión contraria los alumnos acuden a los turnos de Educación Física, Biblioteca y las actividades complementarias.

DE UNA CASA A UNA ESCUELA

La directora contó que la escuela era una casa que se acondicionó para este fin y que poco a poco se deterioró, sobre todo la fachada, cuya inversión fue la que se previó en un inicio, aunque después hubo que acometer la reparación de otras partes del edificio.

«La inversión asciende a 250 000 pesos, de ellos una parte en CUC utilizada para la restauración del frente, en el que respetaron los requisitos de Patrimonio».

Las labores constructivas incluyeron además cambios en la carpintería y en la cubierta y las realizó una brigada de trabajadores por cuenta propia y la directora también reconoció que el colectivo de la escuela y los padres convocados hicieron las labores de higienización, organización y limpieza.

«Las familias, nada más que vieron la escuela, sintieron una gran satisfacción. Y de parte del colectivo de docentes tenemos un compromiso con la calidad del aprendizaje, para eso nos preparamos cada día para dar mejores clases», dijo la directora.

JOVEN Y JEFA DE CICLO

Muy segura de sus conocimientos, así fue la impresión que nos llevamos de Mayrim Huete Díaz, la jefa de ciclo del centro, quien se refirió a la estrategia que siguen para la preparación individual y colectiva de los maestros.

«Están las preparaciones metodológicas que hacemos los sábados de forma quincenal, en las cuales involucramos a todos los docentes. Diseñadas a través de una estrategia en la que plasmamos las acciones a desarrollar durante el curso.

«El aprendizaje de los niños lo medimos a partir de las comprobaciones de conocimientos mensuales y en función de los resultados proyectamos también el trabajo metodológico de los docentes.

«Ahora estamos en el importante proceso de aprestamiento del primer grado, en el cual trazamos el diseño de ayuda y el de la etapa, en la que todos los niños avanzan como lo esperábamos».

UNA ESCUELA LINDA

En el aula de segundo grado encontramos a la maestra Francis Chamizo Estrada que impartía una clase amena y dinámica de Matemáticas. Los estudiantes levantaban la mano e iban con desenfado para completar y decir el número que faltaba en la «serpiente» de cuadraditos dibujada en la pizarra.

Nos gustó el ambiente de la escuela, la relación afable entre educadores y alumnos, el respeto mutuo, la importancia a la independencia y al criterio de los niños.

Tomada de http://www.guerrillero.cu/pinar-del-rio/7832-una-escuelita-con-otro-rostro.html

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