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Sin nuevas tecnologías no hay escuela

Una prioridad del Ministerio de Educación para la formación integral y de calidad es la informatización de sus instituciones educativas. Sin embargo, todavía falta mucho por recorrer en ese camino, reveló un sondeo de Juventud Rebelde al dialogar con alumnos y maestros

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Jany Sanzo es madre de los adolescentes espirituanos Daniel y Diego, estudiantes de las enseñanzas preuniversitaria y secundaria básica, respectivamente. Ellos están integrados a grupos de WhatsApp que les permiten mantener un vínculo constante con la escuela.

«Los padres tenemos uno para que los guías de los grupos de nuestros hijos nos mantengan informados. Mientras, hay otro compuesto por los alumnos y su profesora. En el caso de mi hijo mayor, aprovechan ese espacio principalmente para la socialización de textos u orientaciones de trabajos prácticos y seminarios.

«Es una vía, a mi juicio, muy útil, aunque no todos los profesores la usan. Sobre ese tema me preocupa que en ocasiones no hemos tenido respaldo económico para comprar los datos», reflexiona.

La resistencia al uso de las nuevas tecnologías en el interior de los planteles espirituanos, sobre todo por algunos integrantes del claustro, a quienes ha costado más trabajo emigrar a lo digital, es una debilidad identificada en esa provincia, de acuerdo con Edel Rodríguez Pereira, metodólogo del grupo Tecnología educativa, subordinado al Departamento de Actividades educativas especializadas, en la Dirección provincial de Educación.

«Nuestra misión es capacitar metodólogos para que, a su vez, ellos impulsen en sus municipios un uso adecuado de las tecnologías y comprendan sus beneficios como complemento al proceso de enseñanza-aprendizaje.

«Al principio hablábamos de informatización de la sociedad, ahora de transformación digital. Ya hemos detectado buenos ejemplos, como los grupos de WhatsApp y la insistencia de consultar los textos descargados del Portal Cubaeduca, porque los materiales impresos no siempre se encuentran en buen estado».

Otra de las limitantes en este tema, según el directivo, es el uso de celulares en algunos centros, hoy prohibidos porque pueden emplearse para el bullying y otras indisciplinas. Pero sin ellos no se avanza, porque la disponibilidad técnica de otros soportes está disminuida. «Al menos contamos con una computadora en cada escuela», explica, consciente de que es insuficiente para todo lo que se necesita lograr.

Asumir la era digital

El uso adecuado de las nuevas tecnologías no solo está afectado por aspectos subjetivos. Un acercamiento al tema en el centro mixto Máximo Gómez Báez, de Camagüey, integrado por el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) y el Instituto Politécnico de Informática (IPI), revela la urgente necesidad de revisar la disponibilidad tecnológica con la que cuenta ese colosal recinto, cuya matrícula supera los mil educandos.

En diálogo con estudiantes y profesores de ambas instituciones conocimos de sus inquietudes por el estado técnico de los laboratorios, donde la mayoría de los clientes ligeros, baterías, tabletas y routers están de baja, y también de otras realidades que atentan contra la prioridad ministerial de informatizar el proceso educativo.

Para los jóvenes Fabio Castillo y Víctor Martínez constituye una preocupante la poca disponibilidad de aulas tecnológicas. «La idea es buenísima para el aprendizaje, porque mantiene al estudiante superactivo en las clases. Por eso es lamentable que solo haya una para ambos centros», comenta Fabio, y Víctor agrega: «Es complejo, porque tanto el aula tecnológica como la pizarra digital están instaladas en el IPVCE, no en el IPI, lo cual limita su uso, a pesar de los horarios establecidos para acceder a ellas».

Igual de polémico es el asunto de la wifi, para la que todos los alumnos, tanto del IPVCE como del IPI, poseen una cuenta permanente. Pero no acaba de concretarse su apertura.

Ante la inconformidad generalizada de profesores y estudiantes, el licenciado Julio Herrera Guerra, profesor de informática, confirma que esa conexión aún no está disponible, a pesar de haberse instalado a finales del pasado curso.

«Actualmente se trabaja en la creación del portal cautivo que viabilizará y agilizará su uso desde cuatro zonas o puntos de acceso dentro de la institución. Mientras esto no ocurra, la conexión solo funciona en los laboratorios».

Sobre este asunto, Edel Rodríguez Pereira, metodólogo del grupo espirituano de Tecnología educativa, también se refiere a las limitaciones técnicas en los centros escolares de ese territorio y precisa que solo cuentan con tres laboratorios inteligentes en toda la provincia: uno en el IPVCE Eusebio Olivera y uno en cada escuela pedagógica.

«Con el programa de atención a los IPVCE, queremos financiar el equipamiento para instalar wifi, ya que hoy solo tienen acceso a internet por la red de laboratorios. Ninguna escuela espirituana cuenta con ese servicio».

Atracción por las nuevas tecnologías

Un criterio generalizado en los más de diez entrevistados camagüeyanos es la necesidad de convertir las tecnologías y dispositivos en medios de enseñanza atractivos. Así lo expresan los estudiantes Yunetsi Ferrer Martínez y Zholen Juan Jorge Camejo, ambos del IPVCE, y Zailimer Reyes Jaque, perteneciente al IPI.

Todos aplauden la utilidad demostrada por las tabletas y móviles para el estudio individual y colectivo, al poder descargarse en ellos y colocar en la nube libros de textos y otros documentos actualizados, y «ante la escasez de materiales docentes, hasta se pueda priorizar su entrega a quienes no tengan estas tecnologías, que son costosas en la calle», sugirió Jorge Camejo.

Sin embargo, a pesar de las bondades manifiestas de estos artilugios para el aprendizaje, los entrevistados defienden la idea de lograr un equilibrio lógico, oportuno y objetivo entre su empuje arrollador y los medios tradicionales de enseñanza. «No hay aparato informático que suplante el intercambio directo con los profes. Creo que no se deben eliminar los métodos tradicionales de enseñanza, sino enriquecerlos», acota Ferrer Martínez.

La profesora Georgina Gómez Estrada, de la escuela primaria Salvador Allende, en el municipio de La Habana del Este, comenta el interés de la institución por potenciar los conocimientos en los estudiantes acerca del universo digital y las tecnologías. Sin embargo, aclara, en ese nivel de educación, debido a la edad de los alumnos, el control con el asunto de los celulares es constante. Por eso son empleados fundamentalmente para la comunicación entre los trabajadores, al igual que internet.

«Los laboratorios de informática sí son utilizados por los estudiantes, aunque tampoco con acceso a internet, porque es un espacio nuevo para niños de esa edad», opinó.

Yadira González Capdevila, madre de un estudiante de esa escuela, destaca su conformidad con el manejo de los temas asociados a la conexión a internet y el empleo de celulares en la institución. «La vigilancia en ese aspecto por parte de todos los trabajadores de la escuela es impecable, pues hay niños que no tienen móviles, pero otros como mi hija, que está en 6to. grado, suelen tenerlos, y es un ambiente aún complicado en esas edades», opinó.

Aramis Ojeda Pestana, jefe del Departamento de Informática de la misma institución escolar, expresa la utilidad del laboratorio, tanto para cuestiones docentes, con sus juegos didácticos, como para ocio y entretenimiento. Destaca además el óptimo estado de las computadoras, el local y las estructuras para acceder a internet, aunque la conexión en muchas ocasiones escasea.

Las nuevas tecnologías son esenciales para lograr que las clases sean más atractivas y se adapten al contexto de hoy. Foto: Abel Rojas Barallobre

Las nuevas tecnologías son esenciales para lograr que las clases sean más atractivas y se adapten al contexto de hoy. Foto: Abel Rojas Barallobre

También Marilin Martínez Borrero, directora del instituto preuniversitario Lázaro Peña, del capitalino municipio de La Habana del Este, resalta la utilidad de los dispositivos con sistema Android para potenciar la docencia, aumentando su dinamismo en la búsqueda de información en tiempo real en clases, así como la comunicación entre alumnos con profesores, entre los propios maestros, entre los estudiantes o con sus padres y la escuela.

«La tecnología ha revolucionado la docencia actual, pues ofrece ventajas comunicativas y de acceso al conocimiento muy oportunas. Sin embargo, todo en exceso es malo. En horario de clases, el celular solo se emplea si el profesor así lo exige o el tema lo necesita. En tiempos de receso los estudiantes lo usan, pero hasta hace muy poco estaba prohibido andar con teléfonos en la escuela o sacarlos del bolsillo», agrega.

De igual modo, Pedro Luis Robles del Sol, profesor de Matemática de esa escuela recalca el uso de los celulares en clases para dinamizar el contenido con videos seleccionados, materiales interesantes, incluso humorísticos, en pos de amenizar los contenidos.

Además los usan para la comunicación con los alumnos en tiempo fuera de clases. Arlenis Peña Domínguez, estudiante de 11no. grado de ese centro, reafirma que el celular es bastante empleado para apoyar la docencia, compartir bibliografías, e incluso para desarrollar talleres o repasos online. Por su parte, Laura Guevara Contreras, también estudiante de la institución, comparte su satisfacción con el potenciamiento de los recursos de internet, pero también su insatisfacción con el estado del laboratorio de Informática.

Norma Contreras Alcázar, madre de Laura, expone su conformidad con la comunicación de los profesores con los padres a través de las plataformas de comunicación WhatsApp y Telegram, pues le permite incluso preguntar dudas con antelación a las reuniones de padres.

Sin embargo, muy cerca de allí, en el capitalino municipio de Regla, Rafael Ascencio Lazo, profesor de la secundaria básica Augusto César Sandino, destaca la necesidad de aumentar los esfuerzos con respecto a la informatización en esa institución escolar, pues son muy poco explotados, además de que el laboratorio de informática no cuenta con wifi y solo una computadora permanece en funcionamiento.

Por su parte, Andy Gómez Pereira, estudiante de 9no. grado de ese centro escolar, manifiesta su inconformidad por no contar con la ayuda del móvil para las cuestiones docentes o comunicativas ni para el ocio, y lamenta además los pocos conocimientos de informática recibidos en las aulas.

«La verdad es que está prohibido completamente llevar teléfonos a la escuela, ni siquiera puede estar en el bolsillo, y no tenemos grupos de WhatsApp para temas del aula, como ocurre en otros centros. La bibliografía física es muy escasa, y el celular pudiera facilitarnos la que esté disponible digitalmente», argumenta.

Aportes de Cubaeduca

Otra visión del asunto la aporta el joven Alejandro Suárez Figueredo, estudiante del IPVCE agramontino, al asegurar la importancia que conceden los estudiantes a la conocida página pedagógica Cubaeduca, la cual requiere de una actualización permanente, no solo de sus contenidos, sino también de sus aplicaciones.

«Sin Cubaeduca no hubiera sido posible estudiar y avanzar durante el período pandémico. Pero ahora requiere aplicaciones que faciliten el acceso a sus contenidos, como videos, videoconferencias, textos, programas, audiovisuales, repasadores virtuales y hasta documentales educativos, desde la diversidad de tipologías de nuestros dispositivos», insiste Alejandro.

El debate con los entrevistados profundiza en el uso adecuado de las novedosas tecnologías. En tal sentido se aboga por concebir atractivas asignaturas desde el plan de estudio, dirigidas hacia la educación de las nuevas generaciones, incluso desde edades tempranas, para lograr un consumo crítico de los contenidos en el amplio y diverso ecosistema digital, entrenándoles en herramientas que les permitan identificar las fake news y los mensajes manipulados.

«Los profes deben hablar más con sus muchachos sobre la guerra mediática, pero sin muela: con la tecnología en sus manos y hechos concretos, y más si nuestros padres a veces están ajenos a estos temas», subraya Daymar Mesa Ferrer, de 16 años de edad.

Para Jackdiel López Rivero, quien estudia en el IPVCE, constituye un desafío el escenario digital, por la rapidez con que se mueven sus miles de contenidos. El joven señala como aspecto a superar la poca interactividad que poseen las páginas y medios de comunicación nacionales, los cuales tampoco son muy promovidos en las escuelas.

«Esto debería ser una prioridad de nuestro sistema», acota López, quien además lidera el proyecto Arte Joven, en esa institución.

Una mirada integral y profunda desde los territorios y ministerios responsables de la formación de los futuros profesionales, demandan el alumno del IPI Víctor David Martínez Medina, de 16 abriles, y Lilian Laura Puga Martínez, del IPVCE.

El primero describe una problemática que atañe a todos sus compañeros de aula: «Creo que hay mucha teoría y poca práctica en nuestra carrera. Por ejemplo, nosotros tenemos la asignatura Arquitectura de la computadora, en la cual debemos desarmar las máquinas, y casi que nos graduamos sin lograr este propósito».

La segunda enciende una alarma en cuanto a los textos y otros documentos escolares digitales: «Por lo general estos libros no son atractivos, pues son la réplica exacta de los de papel, aun cuando existen herramientas digitales que le permiten ser interactivos. Creo que hemos asumido la era digital, pero aún utilizamos la “de Palo” en la mayoría de los procesos escolares».

Televisores híbridos: una solución

«El curso escolar 2023-2024 se inició con una disponibilidad técnica no satisfactoria, aunque el país ha invertido en partes y piezas para reparar al menos el dos por ciento de las computadora rotas. Sin embargo, se logró colocar en cada aula de las cinco provincias occidentales y el municipio especial de Isla de la Juventud un televisor híbrido de 32 pulgadas», expresó el máster Fernando Ortega Cabrera, director nacional de Tecnología educativa.

Añadió que estos equipos tienen la capacidad de captar la señal digital para visualizar de manera óptima el canal Educativo, y a la vez permiten utilizar presentaciones digitales, videos, audios para las clases de idioma inglés, fragmentos de filmes y todo tipo de material de apoyatura, así como grabar programas que se transmiten por la TV.

Ortega Cabrera puntualizó que para el resto de las provincias se ha proyectado cambiar los equipos que están en las aulas, aunque también muchas cuentan con cajitas decodificadoras que les permiten realizar esas acciones.

«En un mundo donde el audiovisual es referente para nuestros estudiantes, es ineludible actualizar la escuela con el uso de las nuevas tecnologías, y en nuestro caso, la televisión es fundamental», subrayó.

En este sentido, el funcionario se refirió a diversos recursos creados por la Empresa de Informática y Medios Audiovisuales y destacó que ahora trabajan en un proyecto con la Facultad de Física de la Universidad de La Habana para realizar demostraciones de prácticas de laboratorio dedicadas a estudiantes de 10mo. grado.

«No siempre se cuenta con todo el equipamiento necesario para hacerlo en el aula y es preciso que el estudiante, al menos, vea el experimento. Aunque también contamos con laboratorios virtuales».

Ortega Cabrera destaca la importancia del portal Cubaeduca, donde los estudiantes y sus padres pueden obtener todo tipo de materiales de apoyo para las clases, incluso los repasos para las pruebas de ingreso a la universidad, que se transmiten por la televisión. Destaca que la conectividad de los centros escolares ha crecido en los últimos años:

«Antes de la pandemia de COVID-19, solo estaba conectado a la red un 15 por ciento y hoy la cifra supera el 44 por ciento. También tienen conexión todas las direcciones municipales y provinciales, a donde tanto los docentes como las familias puede ir para copiar los materiales que necesiten», añade.

Con respecto al uso de teléfonos y tabletas particulares, admite que es conveniente utilizarlos en los centros, pero siempre con la moderación de los docentes. «Eso permite que los laboratorios queden para aquellos estudiantes que no los posean, y también para la preparacion de las clases por parte de los directivos del centro.

Además, asegura que el Mined trabaja en una estrategia de transformación digital para informatizar sus procesos; no solo los educativos, sino también los administrativos. La plataforma Akademos permitirá recoger importantes datos de manera digital.

(Texto e imagen tomados de Juventud Rebelde)

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