Mientras reinician las actividades docentes
Familia cubana narra experiencias, junto a sus pequeños, en esta etapa de aislamiento.
Familia cubana narra experiencias, junto a sus pequeños, en esta etapa de aislamiento.
Varias semanas de permanencia en casa, evidencian la atracción que
representan para la niñez las instalaciones educativas, sus círculos
infantiles, sus escuelas, sus maestros y compañeritos de grupo.
Cuenta la mamá de Carolina que este aislamiento en casa por la situación
epidémica actual, le ha permitido descubrir la vocación de su hija por
la arquitectura, el diseño, la educación y la pintura, pues con poco más
de tres años ha sido capaz de convertir la sala de su casa en un
laberinto de juguetes, ya por último, en un imaginario círculo infantil,
con sus muñecas, figuras geométricas, y otros muchos elementos con los
que se entretiene durante gran parte del día.
Algo similar ocurre en la casa de José Ernesto, un pequeño del Círculo
Infantil Lucero del Alba de la ciudad de Morón, quien desplaza una
variedad de
iniciativas en las habitaciones de su casa, lanza pelotas, mira la
televisión, y por último no se cansa de pedir hojas en blanco a su mamá
para pintar las teleclases.
Y qué decir de Kelvin Brito Fernández, estudiante de cuarto grado de la
escuela José de la Luz y Caballero, en Morón, quien está al tanto de lo
que dice la televisión acerca del reinicio de las clases. Practica
fútbol en el reducido espacio de su casa y él mismo disfruta de sus
imaginarios goles. Kelvin reconoce no tener muy buenas aptitudes como
dibujante, aunque decidió pintar al maestro de la televisión.
Así los niños, desde sus respectivas residencias, bajo el cuidado de sus
padres y familiares, cumplen con las medidas establecidas contra la
propagación de la Covid-19, sin olvidar la escuela, los libros, la
pizarra, a sus maestros y a sus compañeritos. Todos esperan con ansiedad
el venidero mes de septiembre para volver a las aulas.