Tomado Agencia Cubana de Noticias
Guantánamo, 11 jun (ACN) En tiempo pandémico de necesario aislamiento social, como en toda Cuba se promueve, desde casa, el autoestudio de los más de 89 mil estudiantes guantanameros de la enseñanza general, proceso al que dan seguimiento unos 10 millares de educadores, hasta en las zonas de silencio de las más intrincadas serranías de la localidad.
En esos recónditos parajes donde no llega el Sistema Electroenergético Nacional ni la señal de televisión, sí llegan los maestros, atravesando kilómetros entre lomeríos y afluentes, cuaderno en mano con las actividades docentes televisivas transcritas, para actualizar a sus escolares, consolidar contenidos, aclarar dudas y evaluar semanalmente su estudio independiente.
Es doble hoy el esfuerzo en esos lares por mantener la calidad que siempre ha distinguido a la educación cubana, y es el caso de muchos maestros ejemplares allí, en cada cumbre agreste donde haya un niño, como el profe Idelfrides, que desanda cuatro kilómetros para asistir a los dos únicos alumnos de la escuelita del asentamiento La Atención, en el extremo-oriental municipio de Maisí.
Tan admirable como la vivencia de este docente guantanamero, por mencionar algunos entre miles, es la del veterano pedagogo Ramón Guzmán, encargado de los seis pioneritos de la escuela multigrado de la comunidad de Patana –otro plantel de la veintena enclavada en zonas de silencio en Maisí-, y el día a día también de Nuris San Miguel, la maestra de Vega del Toro, en Yateras.
Para llegar a los hogares de sus discípulos Idelfrides y Ramón desafían barrancos o las terrazas marinas de su demarcación, en tanto Nuris, en el montañoso Yateras, atraviesa el caudaloso Río Toa, a caballo o a pie, con el agua muchas veces a la rodilla, al igual que su colega Marianis Pineda, o el profe que atiende a los chicos del barrio Raizú, en el poblado Arroyo del Medio.
En esta tarea de seguimiento a las teleclases y al autoestudio de los escolares, el municipio de Yateras, uno de los más serranos de la provincia de Guantánamo, tiene activados hoy a todos los pedagogos de sus escuelas, 46 de ellas de la enseñanza primaria -con 39 grupos multigrado-, y algunas ubicadas en seis áreas de silencio, donde no llega la señal de TV, explicó a la ACN Josué Moreno, subdirector de Educación en ese territorio.
Los maestros son pilares de la sociedad y por ello su labor no descansa aún en medio de una pandemia, apuntó Moreno y recalcó que todas estas acciones se ejecutan con estricto cumplimiento de las medidas preventivo-sanitarias, y de las orientaciones de la directiva, enfocadas además ahora en el reajuste de planes de estudio para cuando se reanuden las clases.
Hasta territorio yaterano, a más de 48 kilómetros de la cabecera provincial, recién llegó un equipo de la Dirección Provincial de Educación y constató el impacto de las actividades docentes televisivas y las iniciativas que allí se gestan para dar igual seguimiento a la auto-preparación estudiantil en sitios intrincados, tarea donde destacan también las bibliotecarias escolares, prestas a acercar a las casas el material literario necesario.
Esta última iniciativa se ha generalizado en la mayoría de las 774 escuelas de la enseñanza general en Guantánamo, más de la mitad de ellas ubicadas en zonas del llamado Plan Turquino, de desarrollo integral de las áreas montañosas, donde para visualizar la parrilla docente-televisiva se han sumado hoy varias Salas de TV, dotadas de receptores satelitales y paneles fotovoltaicos.
El azote de la Covid-19 en el orbe interrumpió la marcha del curso escolar 2019-2020 y cerraron temporalmente los colegios, pero no el proceso formativo desde los hogares, que continúa gracias al empeño de alumnos, familiares y maestros, una tríada esencial para seguir apostando por una educación de calidad, hasta en las serranías guantanameras.