Cuando en septiembre de 1974 se materializaba en Matanzas la apertura de la escuela vocacional, bajo condiciones atípicas ya abordadas por este periodista en la reciente edición del 10 de octubre, su concepción a nivel de país no pudo ser más revolucionaria en sí. Incluía a quienes, luego de rigurosa selección, cursarían estudios de secundaria […]
Cuando en septiembre de 1974 se materializaba en Matanzas la apertura de la escuela vocacional, bajo condiciones atípicas ya abordadas por este periodista en la reciente edición del 10 de octubre, su concepción a nivel de país no pudo ser más revolucionaria en sí. Incluía a quienes, luego de rigurosa selección, cursarían estudios de secundaria y preuniversitario.
Sin embargo, por razones diversas aquella abarcadora experiencia feneció para dar paso a los Institutos Preuniversitarios Vocacionales de Ciencias Exactas (IPVCE), sin dudas un peldaño superior en la formación integral de los estudiantes.
Transcurrió otro prolongado lapso, y en aras de continuar perfeccionando nuestro sistema educacional, desde el pasado mes de septiembre 68 alumnos de noveno grado de toda la provincia reciben sus clases en el IPVCE Carlos Marx.
“Ellos fueron seleccionados mediante un proceso que incluyó a las secundarias del territorio, y entre los aspectos más significativos se consideró la participación en concursos y el alto índice académico en séptimo y octavo grados”, precisó Alfredo Santamarina Linares, subdirector docente del plantel yumurino.
Significó que la pretensión no es regresar a la idéntica mirada de 1974, sino identificar desde noveno grado a los más aventajados, segura cantera de innovadores, científicos e intelectuales que transformarán la sociedad y el país, “aunque prevalecerá como premisa fundamental el examen de ingreso para aquellos que deseen continuar estudios en este tipo de centro.
“De momento –informó– ellos siguen siendo matrícula de su secundaria de origen. Aquí deben mantener un índice académico por encima de los 85 puntos, lo cual los eximirá de presentarse a pruebas de ingreso.
“Durante el periodo vacacional acondicionamos locales en desuso para ubicar los dos grupos, que cuentan con experimentados profesores, entre los cuales destacan Jorge Leonel Febles Durán, de Historia; y Julián García García, de Física, este último coordinador del grado”.
Me contagian con el júbilo y la exaltación propias de su edad. Se me acercan y todos quieren hablar a la vez. Y aunque les explico qué deseo saber, nada los frena. No queda otro remedio que escuchar primero a una de las mesuradas, Dianik De Vega Martínez, quien proviene de la secundaria básica Clotilde García, del lejano San Pedro de Mayabón, en el municipio de Los Arabos.
“Actualmente resido en Matanzas. Es una formidable experiencia que privilegia a cuantos nos preocupamos por el estudio. Entregaré lo mejor de mí para convertirme en profesional del periodismo”.
Lázaro Yedra Torres y Amanda Daniela Rivera González, también arabenses, proceden de la Sofiel Riverón López. Sus asignaturas preferidas son Matemática y Biología, respectivamente. “Agradecemos la selección porque desarrollamos habilidades e intereses”.
A esta especie de “reunión” se sumaron Lenia, Roberto, Elier, Krison, Luis Javier y Jesús. Todos desde ya con notas sobresalientes por tan certera determinación.
Pero las magníficas atenciones que permiten el avance del aprendizaje se complementan con adecuada alimentación y buenas condiciones de vida, asevera el joven director del IPVCE, Pedro Rodríguez Ruiz.
“No han faltado productos lácteos y la variedad en los cárnicos. Los varones no usan literas, sino camas personales. Ellos se han adaptado muy rápido al régimen interno y su identificación con el resto del estudiantado ha sido óptima. Se caracterizan por su disciplina y responsabilidad.
“Por otro lado, cada 15 días reciben una preparación adicional para asistir a concursos. Se evidencia su marcado interés por el estudio.
“La familia también demuestra entusiasmo por el avance de sus hijos. Y la comunicación con directivos y profesores es inestimable. De ahí nuestro agradecimiento a todos por erigirse en pilares que sostienen el proceso docente-educativo”.