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El Principito, décima casita infantil de Camagüey

Tras remodelar y adaptar un local en desuso en su sede principal, la Universidad agramontina puso en manos de los profesores, alumnos y demás trabajadores más necesitados una bella instalación con capacidad para acoger a 40 menores

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Tomado de periódico Granma

CAMAGÜEY. — Con la apertura de la casita infantil El Principito, ubicada en los predios de la Universidad Ignacio Agramonte Loynaz, de esta provincia, suman diez las instalaciones de este tipo que benefician aquí a las madres trabajadoras ante la necesidad de suplir el déficit de capacidades en los círculos infantiles.

Mercedes Escuredo Olazábal, directora provincial de Educación, declaró que en circunstancias difíciles para el país se buscaron alternativas con el apoyo de instituciones, organismos y empresas, y así surgieron las casitas infantiles, continuadoras del noble propósito de los círculos de garantizar un espacio seguro para la atención y el cuidado de los niños.

«Estas casitas, aseguró, disponen de los requerimientos higiénico-sanitarios, arquitectónicos, logísticos y de atención pedagógica establecidos para la etapa de la primera infancia, y constituyen una tranquilidad para las madres trabajadoras en su empeño por aportar mucho más en las esferas de la producción y los servicios».

Según información ofrecida por Miriam Arcaya Matos, jefa de departamento de la primera infancia, en la provincia funcionan 66 círculos infantiles con una matrícula superior a los 8 400 niños, una cifra que no cubre la demanda actual, por lo que se acudió a esta iniciativa que gana adeptos entre el empresariado local, como forma peculiar de atención a sus trabajadores.

«A partir de esa respuesta favorable, refirió, hoy contamos con casitas infantiles en Guáimaro, Santa Cruz del Sur, Carlos Manuel de Céspedes, Najasa y la ciudad cabecera provincial, ubicadas en escuelas, comunidades agrícolas y centros de la enseñanza superior, las que son atendidas desde el punto de vista técnico-metodológico y organizativo por la Dirección de Educación».

Tras remodelar y adaptar un local en desuso en su sede principal, la Universidad agramontina puso en manos de los profesores, alumnos y demás trabajadores más necesitados una bella instalación con capacidad para acoger a 40 menores, regalo que ha sido recibido con especial satisfacción por las personas beneficiadas.

Con siete años de graduada en la Escuela Pedagógica Nicolás Guillén, la joven Hany Sifontes Requena explicó que la casita El Principito dispone de recepción, pantry, baño, dos salones y un área de juegos, donde dos educadoras y cuatro auxiliares atenderán en una primera etapa a 28 niños, una matrícula que deberá crecer de manera gradual.

«Estoy convencida, comentó, de que esta experiencia fructificará y serán muchas las entidades que se sumarán a la construcción de las casitas infantiles, por lo que significan para facilitar el acceso al empleo de la fuerza femenina y, con ello, a su crecimiento personal y profesional».

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