El 9 de enero de 1992 fueron asesinados 4 jóvenes que custodiaban la Base Náutica de Tarará, en el este del litoral habanero. Había un contexto de aliento a las salidas ilegales por parte de Estados Unidos. Se cometieron numerosos actos vandálicos que incluían robos y secuestros de embarcaciones. Aquella madrugada fueron asesinados el soldado Orosmán Dueñas Valero, de Tropas Guardafronteras, el sargento de tercera Yuri Gómez Reinoso, de la Policía Nacional Revolucionaria; y el custodio Rafael Guevara Borges, a quienes atacaron a traición y acribillaron a balazos. Fue herido el sargento de primera Rolando Pérez Quintosa, agente de la Policía, quien murió semanas después.

El propósito de los siete asaltantes era llegar a Estados Unidos para acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, pero la fuga se frustró y con las declaraciones del sobreviviente y la acción coordinada de las fuerzas del orden y del pueblo, los autores fueron apresados y juzgados.

Durante 37 días Pérez Quintosa, de 23 años de edad, luchó por su vida pero con cuatro disparos en su abdomen falleció el 16 de febrero, a pesar de los esfuerzos médicos y la solidaridad de la población.

Para rememorar los sucesos, Cubadebate propone a sus lectores el artículo Rolando Pérez Quintosa: De la tristeza infinita y el orgullo incólume, de Abdiel Bermúdez y Ana María Domínguez.

Fuente: Radio Habana Cuba