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Dilsa: Con orgullo digo que soy maestra de una escuela rural

Cuando aquí llueve, para llegar es un problema, pero así, pasando trabajo, recorriendo entre dos o tres kilómetros entre fangueros, arreguindada de las cercas… vengo a dar clases.

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Tomado de Radio Cabaniguán | Emisora del Municipio Jobabo

«Cuando aquí llueve, para llegar es un problema, pero así, pasando trabajo, recorriendo entre dos o tres kilómetros entre fangueros, arreguindada de las cercas… vengo a dar clases y me empeño por dar lo mejor de mí para que estos niños tengan la enseñanza, la educación que los defina en su futuro» dice Dilsa Reynoso Romero, maestra de la escuela primaria Antonio Fernández Gómez, situada en el barrio rural de San José de la Plata, al norte de Jobabo.

Mientras anotaba unos ejercicios en el muy bien conservado pizarrón de su aula, compartida por alumnos de tercero y cuarto grado, Dilsa, una joven de 35 años que conoce muy bien cada detalle de ese alejado rincón de Jobabo relata que ha echado más de la mitad de su vida en esa escuelita de campo «17 años llevo trabajando aquí. La mayor parte del tiempo trabajando con multigrado, lo que complejiza mucho más el Proceso de Enseñanza-Aprendizaje, y demanda mucha dedicación y preparación».

«No solo soy maestra, soy mujer, soy madre, soy ama de casa, tengo mis animales… y una tiene que multiplicarse para llegar temprano aquí, saliendo de la casa poco más de las seis de la mañana y regresar en la tarde para ponerse a hacer todas las labores del hogar y atender a la familia» relata.

«La vida de la mujer de campo, de una maestra rural es mucho más difícil que en el pueblo, pero ya nos hemos adaptado, tenemos nuestras habilidades y no es algo que no podamos hacer, al contrario, hemos demostrado que podemos brindar y rendir tanto como los educadores de una escuela urbana».

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