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Desde los preuniversitarios: el Proyecto del Código de las Familias defiende la felicidad

El Proyecto del nuevo Código de las Familias llega también, por sus impactos, a generar debates y análisis en las nuevas generaciones de cubanas y cubanos. Lea las opiniones de profesores y estudiantes del Instituto Preuniversitario “Osvaldo Herrera”, de Santa Clara.

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Tomado de CMHW

La radio visitó el Instituto Preuniversitario “Osvaldo Herrera”, de Santa Clara, donde establecimos el diálogo con profesores y alumnos sobre los preceptos que contiene este documento, y sus criterios al respecto.

El Máster Leandro Moya Camacho es el director del centro, y opina que es muy avanzado, nuevo, inclusivo, que está “muy a tono con el progreso de nuestra sociedad, por ejemplo, refrenda la responsabilidad sobre los niños, pero no solo en su educación y alimentación, sino en todas las facetas de su vida, también el tratamiento que se hace en su articulado al adulto mayor, tiene en cuenta la individualidad de las personas, yo creo que es necesario seguirlo estudiando, comprender este Código en toda su dimensión, por lo que significa para nuestro futuro”.

Por su parte, Sheyla Jiménez Carvajal fue enfática al resaltar que ya el anterior Código de la familia en Cuba necesitaba cambiarse por uno más moderno “y si ese cambio incluye la opinión de todos, si convida a promover el respeto, el amor a los demás, el cariño entre la familia, entonces mucho mejor”.

En la idea coincide Lidia Ester Quero Méndez, profesora de Inglés, quien ratifica que el Código de las Familias es totalmente renovador, futurista, y agrega que en sus 34 años de labor “he sido testigo de la existencia de muchos tipos de familias, he tenido alumnos , hijos de parejas que conviven en armonía, pero también hijos de padres divorciados, reclusos o exreclusos, niños huérfanos y otros cuyos padres son emigrantes y tienen que vivir al amparo de otras personas, el Código no hace más que poner en ley esas realidades tan diversas que vivimos”.

Darianny Gómez Ruiz, Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media en Santa Clara, y Arianny Rosario López Sierra, organizadora de la FEEM en la capital provincial, son estudiantes de duodécimo grado del mismo centro, y razonaron que es un  Código “muy respetuoso, inclusivo, reconoce los derechos de los ancianos, de los niños, de los adolescentes, nos da la oportunidad de que nuestra voz sea escuchada, es un verdadero reflejo de la sociedad cubana, hay que atemperarse a los momentos que vivimos, y este Código también significa evolución”.

Darianny, huérfana de madre desde que tenía seis años de edad, refiere su caso personal, pues vive con sus abuelos “y ellos ahora tienen una ley que los ampara en cuanto a mi crianza, y yo a la vez, me siento muy feliz porque ese amor que me han dado podré reciprocarlo cuando tengan más edad y me necesiten”.

Adriana María Garay Chávez, también de duodécimo grado, dice estar muy feliz con este Código de las Familias, que espera sea aprobado en referendo, “ya nosotros vamos a votar, es una de las primeras veces que lo hacemos en nuestra vida y lo haremos muy convencidas del significado de este momento. Mi opinión es que este Código está pensado para que las personas sean felices, y si nos ayuda a fomentar ese sentimiento, bienvenido sea”.

Así, con esos criterios, profesores y alumnos ratifican que hoy Cuba da un paso de modernidad y de futuro, cuando se debate por todo el pueblo un Proyecto de Código de las Familias que apuesta por la felicidad de las personas y por la inclusión.

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