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Dar a la historia el imprescindible lugar que merece

Durante dos jornadas sesionó en la Universidad de Las Tunas, el II Taller Nacional de la Enseñanza de la Historia, con más de 40 ponencias presentadas y con representatividad de gran parte del país

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Tomado de periódico Granma

Durante dos jornadas sesionó en la Universidad de Las Tunas, el II Taller Nacional de la Enseñanza de la Historia, con más de 40 ponencias presentadas y con representatividad de gran parte del país.

El evento, tuvo en Cienfuegos su primera edición con carácter virtual, y en esta segunda, totalmente presencial, se determinó que se el balcón del oriente la sede permanente cada dos años, por los resultados del territorio en materia de didáctica y formación profesoral.

En el marco de del taller, Jorge Luis Aneiros Alonso, Presidente de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC), declaró que este es un evento nuevo, con alta significación pues responde a una de las temáticas esenciales de la unión que es, precisamente la enseñanza de la historia.

«El país necesita una transformación en la enseñanza de la historia y más en los momentos actuales, que pasa lógicamente por un factor objetivo muy importante que es la disponibilidad de maestros y la preparación de esos maestros», acotó.

«Al calor de los debates han surgido experiencias muy interesantes y propuestas que serán valoradas a nivel de los ministerios presentes y también desde el trabajo de la propia Unión de Historiadores. Yo creo que lo más importante es el consenso de los participantes en el taller, acerca de los retos que tiene hoy la enseñanza de la historia, y en el orden de la didáctica, cuáles deben ser las propuestas de cambios y de prioridades», argumentó además.

De suma importancia puede valorarse la presencia de todos los metodólogos nacionales de historia del Ministerio de Educación y de la directora de Historia y Marxismo Leninismo de ese organismo, Miriam Egea Álvarez, quien también brindó declaraciones a nuestro medio.

«Este evento nos permite la comunicación, de manera directa, de las experiencias que hoy son útiles y necesarias para la enseñanza de la historia. Así podemos ver resultados propios del quehacer científico, de la práctica docente, pero al mismo tiempo, hemos promovido el intercambio de lo que hace hoy el organismo central en el perfeccionamiento de planes, programas, orientaciones metodológicas y libros de texto».

«Esta experiencia se corresponde con lo que nos está pidiendo la dirección del país que es trabajar, sobre la base de la investigación científica, para que la historia enamore y tenga la contribución imprescindible que se necesita en la formación integral de niños, adolescentes y jóvenes», concluyó.

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