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Cuidar de los que viven con autismo: una obra de amor en Cuba

La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.

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Tomado de periódico Granma

El empeño del gobierno cubano por eliminar toda forma de discriminación se pone de manifiesto en la esmerada atención que reciben en el contexto educativo los niños con necesidades educativas especiales y, dentro de este grupo, aquellos con trastornos de autismo.

Solamente en la capital del país existen cuatro escuelas especiales que atienden el espectro de autismo. También funcionan centros con estas características en Santiago de Cuba, Holguín, Cienfuegos, Camagüey, Villa Clara y Matanzas.

En un intercambio con la prensa en la escuela especial Cheché Alfonso, donde se atienden niños con trastornos del espectro de autismo con edades entre 7 y 18 años, la doctora Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, destacó el trabajo de estas instituciones y el papel de la familia.

«Estos niños necesitan de una atención especial. Estas escuelas, de manera particular, realizan un trabajo muy especial con la familia, porque necesitan también de su ayuda, de la cooperación y la continuidad en la casa del trabajo que se hace en la escuela», declaró.

La apertura de escuelas especiales para la atención a niños con trastornos del espectro de autismo se fortalece, además, con las investigaciones que se han realizado para perfeccionar el trabajo de estas instituciones educacionales.

Elsa Escalona Basulto, doctora en Ciencias y directora de la escuela Cheché Alfonso, explica que en esa institución se atienden niños con vistas a prepararlos para la vida adulta y más independiente, aunque ellos siempre necesitan de la guía del adulto.

Si bien su condición no siempre les permite ingresar al mercado laboral, estos niños nunca quedan desatendidos. «Existen proyectos comunitarios y ellos salen para esos proyectos. Nuestra educación tiene un encargo social, no salen como entraron, sino preparados, con mejores condiciones».

El autismo tiene implícito otras cosas –asegura la doctora Escalona Basulto y agrega- esos niños no se pueden desempeñar solos, necesitan del aquí y del ahora y de la ayuda del adulto siempre, por eso es tan difícil vincularlos en centros de trabajo.

En la escuela Cheché Alfonso los alumnos se mantienen hasta los 18 años y en algunos casos hasta los 20. Durante ese tiempo, los estudiantes se vinculan a otros contextos como las escuelas de discapacidad y del lenguaje. Algunos egresados de estas instituciones tienen un vínculo laboral por el que reciben un salario.

Es un trabajo de mucha sensibilidad humana y mucho amor, que reafirma las palabras de la directora de esta institución: «Cuba es un país donde se acepta cualquier tipo de discapacidad, cualquier tipo de condición, y nosotros trabajamos en base a eso».

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