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Actualización de la situación epidemiológica en Cuba

(…) el alza de contagios que se ha producido en los últimos días es una clara alerta a nuestra población de que la COVID-19 no ha desaparecido.

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Fragmentos tomados de sitio web del Minsap 

Si bien la circulación del virus y sus variantes en nuestro país ha estado inevitablemente marcada por el comportamiento de la epidemia en el mundo, el control que hemos logrado sobre la enfermedad y el estado inmunitario de nuestros pacientes son fortalezas que nos ubican en un mejor momento epidemiológico.

No obstante esa realidad, el alza de contagios que se ha producido en los últimos días es una clara alerta a nuestra población de que la COVID-19 no ha desaparecido. Que sus síntomas sean más leves en quienes se contagian y hayamos podido retomar las actividades cotidianas en el país en condiciones sanitarias más favorables, no es motivo para descuidar acciones que todos conocemos constituyen garantías para el control de la enfermedad.

Las cifras de la última semana —la número 51 del año— muestran que respecto a los anteriores siete días el reporte de casos en Cuba creció en un 53,7%: fueron 196 los pacientes confirmados, aunque sabemos que no todos los casos son diagnosticados debido a la evolución favorable que tiene la mayoría de los enfermos. En siete territorios —La Habana, Matanzas, el municipio especial Isla de la Juventud, Mayabeque, Guantánamo, Villa Clara y Artemisa— se concentra el 80,1% de los casos en este periodo.

Aun cuando no son cifras alarmantes, si las comparamos con otros escenarios epidemiológicos vividos en el país, y en estos momentos el 98,6% de la población vacunable tiene completo su esquema de vacunación, resulta imprescindible reforzar varias de las medidas que están contenidas en nuestro Plan de enfrentamiento al virus.

En tal sentido, llamamos la atención a nuestra población —ante la aparición de síntomas respiratorios— sobre la necesidad de acudir a los servicios de Salud, así como adoptar las medidas de distanciamiento y protección personal en el hogar, donde es imprescindible extremar la higiene individual y colectiva, dando máxima importancia al uso del nasobuco y al lavado de las manos.

Desde el Ministerio de Salud Pública insistimos en que se debe respetar el aforo y mantener el distanciamiento físico en lugares donde se realicen actividades que impliquen concentración de personas, al tiempo que recomendamos mantener el uso del nasobuco en esos casos y también cuando se asista a actividades en espacios cerrados.

Igualmente, no se debe acudir al trabajo, la escuela o eventos sociales si se presentan síntomas respiratorios. Estamos en la obligación de extremar medidas de vigilancia y aislamiento en los hogares de ancianos, casas de abuelos, círculos infantiles y otras instituciones donde comparten grupos de personas que además pudieran ser vulnerables a la enfermedad.

Al igual que desde el momento en que la COVID-19 significó una amenaza para nuestro país, desde el Ministerio de Salud Pública mantenemos un monitoreo constante de la enfermedad y de ser necesario se propondrá al Grupo de trabajo temporal del Gobierno para la prevención y el control del virus la actualización que sea necesaria sobre las medidas diseñadas para el control de la epidemia.

Como parte de ese seguimiento sistemático recientemente realizamos una reunión con expertos y científicos en la cual se decidió comenzar a aplicar dosis de refuerzo con nuestras vacunas a embarazadas del último trimestre de gestación que seis meses antes recibieron su última vacuna, así como a mujeres que todavía lactan a sus bebés.

De igual manera, se administrará una nueva dosis de refuerzo a población de riesgo y a los mayores de 70 años, en tanto se completará la segunda dosis de refuerzo a las personas entre 19 y 48 que no la han recibido. En todos los casos solo podrán ser vacunados si han transcurrido seis meses de la anterior aplicación.

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