La conmemoración del Día Internacional
del Estudiante, como cada año, es punto de partida para nuevas metas. La fecha
tiene en Cuba particular significación.  Coincide con un programa de remembranzas que cierran el 27
de noviembre con el homenaje a otros estudiantes mártires.

Si
el  17 de noviembre de 1939  jóvenes checoslovacos, decididos a liberar a su
tierra natal del yugo hitleriano, protagonizaron una heroica resistencia en las
calles de Praga, la capital de ese país, 68 años antes
siete estudiantes de  medicina de la Universidad de La Habana fueron
fusilados por la rabia colonialista española, para conformar el largo panteón
de jóvenes, que en diversas latitudes, han hecho del compromiso con su tiempo
un largo trayecto hacia la inmortalidad.

Cuéntase
que el 28 de octubre de 1939, a propósito de  Aniversario XXI de la Declaración de
la Independencia de Checoslovaquia, un numeroso grupo de estudiantes
encabezó manifestaciones de protesta en las calles de Praga.

El enfrentamiento contra los ocupantes fascistas no se hizo
esperar y el choque  provocó heridas en varias personas y la muerte de
dos, uno de ellos, un  estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad
de Carlos, llamado Jan Opletal. El  día del entierro del joven Opletal —15 de
noviembre—  hubo actos de protesta en las
universidades y residencias estudiantiles de Praga. En la noche del 16 al 17 de
noviembre los fascistas invadieron las residencias y luego de varios
enfrentamientos y arrestos de estudiantes,  9 de ellos fueron 
fusilados y ese mismo día 17 todas las instituciones checas de educación superior
fueron cerradas y más de mil 200 estudiantes enviados al campo de concentración
de Sachsenhausen-Oraníeburg.

Como
homenaje a aquellos valerosos jóvenes, ese día de noviembre se convirtió en
símbolo del estudiantado mundial en la lucha contra el fascismo, por la
libertad, la democracia, el proceso social y la paz.

Tomado de http://www.almamater.cu/revista/dia-internacional-del-estudiante