El once de mayo de 1873 cayó en combate el Mayor del Ejército Libertador de Cuba, Ignacio Agramonte y Loynaz, al frente de la legendaria caballería camagüeyana que comandaba en los hoy históricos potreros de Jimaguayú.

El día de su caída había recibido noticias en la madrugada sobre la presencia enemiga en los contornos de Cachaza, en los llanos que rodeaban la ciudad.

Con rapidez arengó a la tropa y se encaminaron al combate. El encontronazo se produjo en Jimaguayú, una zona rural bien conocida del jefe mambí.

Según se cuenta, una bala enemiga le penetró en la sien derecha y le causó la muerte inmediata. El cadáver cayó en manos del enemigo, quien lo profanó y terminó por incinerar para hacer desaparecer sus restos, con el faĺlido intento de borrar su ejemplo.

Agramonte había sido antes que guerrero uno de los fundadores de la Junta Revolucionaria de Camagüey, luego de su retomo de La Habana, donde se licenció en 1865 en derechos civil y canónico, cuyos doctorados aprobó dos años después.

(Fuente Radio Surco)