Tomado de Prensa Latina

Ankara, 10 feb (Prensa Latina) El 28 de enero de 2017 se fomentaba la idea de crear la primera asociación de cubanos residentes en Turquía.

Denominada Raíces, impulsaba el acercamiento y la unión de todos los oriundos de la isla y sus familias asentadas permanentemente en tierras turcas, con el fin de preservar y mantener vivas las costumbres y tradiciones que caracterizan e identifican a los naturales de la nación caribeña en cualquier rincón del mundo.

La intención era promover los valores inculcados por padres y abuelos, y hacerlo con el orgullo de que los nacidos en la distancia sepan y crezcan honrados de quiénes son.

Raíces incita a la unión para esos hijos que constituyen el futuro, como dijera Martí, a quien también se recuerda en el 168 aniversario de su natalicio.

Se cumplen cuatro años de una comunicación directa y estrecha con la embajada cubana, misión que más que un trabajo mancomunado, ha representado un canal a través del que las familias se cuidan unas a las otras, velan por el bienestar y el de los seres que desde la mayor de las Antillas o en distintas regiones sustentan ideas comunes.

En ese lapso han defendido las posiciones martianas, de amor y honra a la patria en cada acción, así como los preceptos de la Revolución en esas lejanas tierras.

La comunidad cubana en Turquía se sensibiliza con el dolor del pueblo que causa el criminal cerco impuesto por los Estados Unidos durante casi seis décadas.

Esa es una política de bloqueo que en los últimos años se ha recrudecido de una manera sin precedentes, máxime en estos tiempos difíciles se aplicaron medidas que obstaculizaron la adquisición de equipos médicos, insumos y la tecnología necesaria para enfrentar la Covid-19 en la isla.

Es por ello que la Asociación de Cubanos Residentes en Turquía une su voz al rechazo mundial al conocer la inclusión del Estado caribeño en la espuria lista de países patrocinadores del terrorismo.

En los momentos difíciles vividos en el año 2020, la pandemia de la Covid-19 ha marcado un antes y un después en la historia de la humanidad, cobrando millones de vidas en todo el planeta, provocando un colapso de los sistemas de salud y poniendo al límite las capacidades de los trabajadores sanitarios.

Además, ha sido preciso enfrentar las transformaciones globales por los interminables confinamientos que generan desequilibrio emocional y físico. Innumerables familias han sufrido el dolor de la despedida sin la oportunidad del último beso, y el vacío irreparable que deja el paso despiadado de la muerte.

El proceso también revela la fortaleza en el amor y la solidaridad como protagonistas de una batalla constante contra los poderes hegemonistas a nivel económico, social y político, y la inevitable energía de la naturaleza, agredida por la especie humana en pos de la modernidad.

Raíces y sus miembros se sienten más unidos, y defienden los principios y valores que legó José Martí cuando escribió: ‘Quien se levanta hoy con Cuba se levanta para todos los tiempos’.